En el mundo del revés, los médicos se debaten entre la discriminación y el recorte de honorarios

Los médicos hemos pasado de héroes a mártires. De los aplausos al desprecio. Del reconocimiento al recorte de nuestros ingresos.

Por el Dr. Héctor Garín, secretario General de la Asociación de Médicos de la Actividad Privada

Hoy, los médicos somos espectadores incrédulos de una situación paradójica: el maltrato hacia quienes trabajan por la salud. Hacia quienes están al frente de las acciones para que el COVID 19 no avance impiadosamente sobre nuestra población. Podríamos interpretar que quienes nos agreden, en cierta forma también, se autoagreden.

Discriminación y estupidez social

Y sufrimos diferentes tipos de agresiones. Nos discriminan, no nos quieren como vecinos o nos quieren impedir que trabajemos en nuestros consultorios. Recibimos el repudio de un grupo minoritario, pero de todas formas es una actitud que hiere y preocupa. Quizás una palabra que explique nuestro sentimiento sea perplejidad. No salimos del asombro, ¿agredir a un médico porque trabaja de médico? Parece que la estupidez de algunos sectores sociales, no descansa en la pandemia.

Precariedad laboral a su máxima expresión

Algunos empresarios de la salud, nos agreden. Sin analizar otras opciones, solucionan sus supuestos problemas financieros reduciendo nuestros honorarios o pagándolos escalonados y con mucha demora. Más allá de la crisis económica que atraviesa el mundo que no podemos negar, los dueños de las prepagas y clínicas recurren a la respuesta de siempre: ajustar el recurso humano. Y para esto la situación de precariedad previa a la pandemia, les allana el camino, con perjudicar siempre al trabajador que es el punto al que llegan a menudo, fácilmente se les agota la imaginación.

Nos agreden cuando no nos proveen de elementos de protección personal suficientes o que cumplan con todas la normas de bioseguridad. Y entonces, los riesgos de contagio aumentan. Pero no solo por este motivo es que el personal de salud ostenta los índices de contagio más altos, la precariedad laboral y el pluriempleo sin duda potencian estos peligros.

Un médico que va de un trabajo a otro, que se traslada e interactúa con varios equipos de salud y diferentes grupos de pacientes, multiplica sus posibilidades de contraer la enfermedad. Pero el pluriempleo es la forma mediante la cual el médico argentino intenta paliar sus bajos salarios.

Un médico con trabajo precario no tiene derechos laborales (aguinaldo, vacaciones, ART, licencias por enfermedad, entre otros) y sobre todo no cuenta con la tranquilidad de la seguridad laboral.

Defender la salud, nuestra obligación

Si hay algo que el colectivo médico no tiene intención de hacer es confrontar en este tiempo que nos toca vivir, todo lo contrario. Nos gustaría orientar nuestras energías exclusivamente a atender a los pacientes. Sin embargo, no podemos mirar a un costado, y seguir como si nada de lo que hemos descripto estuviera pasando. Tenemos la obligación y el deber de defender el sistema de salud y proteger a nuestros representados.

La salud debe ser una prioridad y es obligación de los empresarios cumplir con los trabajadores. ¿Se les puede pedir a los médicos que sigan trabajando sin que se respeten sus derechos? ¿Se les puede exigir que ignoren a quienes los discriminan y desprecian? Las respuestas no son tan simples de dar. El médico tiene un profundo compromiso con su tarea, y muchos especulan con ese sentimiento.

Fortalecernos como colectivo

En este contexto de la pandemia, los médicos y médicas seguimos siendo padres. Tenemos que cuidar a nuestros adultos mayores. Ayudar a nuestros hijos con sus tareas escolares. Debemos hacer compras, ir al banco con un turno programado. Seguir los protocolos de ingreso al hogar con más rigor que nadie. Los médicos, y puede parecer tal vez un poco melodramático, más allá de esta montaña rusa en la que hoy vivimos, somos también ciudadanos comunes.

Hoy estamos en el centro de la escena, se nos nombra, se nos entrevista, se nos aplaude, se nos discrimina, se nos llama héroes, se nos recortan los salarios, se nos intimida. En medio, de esta realidad tan revolucionada, los médicos nos fortalecemos en nuestra vocación, nos consolidamos como colectivo, nos resguardamos y nos cuidamos entre nosotros. No esperamos que se nos reconozca especialmente, no pretendemos halagos ni retribuciones extra, pero exigimos con fuerza respeto a nuestros derechos.

En el mundo del revés

Los médicos pretendemos que no se nos estigmatice por salvar vidas y cuidar a los pacientes con COVID 19. Parece inverosímil tener que pedir esto, lo cierto es que hoy recibimos maltrato de pequeños grupos sociales y de algunos empresarios del sector. Un maltrato que no tiene que ver con nuestros errores, sino que en el mundo del revés, en definitiva, se origina en la importante función humanitaria y social que cumplimos… Increíble pero real.

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