La ceremonia religiosa se llevó a cabo en la parroquia de Nuestra Señora de Monserrat, tuvo lugar el jueves 29 de diciembre y estuvo a cargo del Padre Martín Panatti.
En el marco de la Octava de la Navidad, por iniciativa de la parroquia de Nuestra Señora de Monserrat, se llevó a cabo una emotiva misa de acción de gracias en reconocimiento a la labor realizada por los médicos y las médicas durante la pandemia COVID-19, y muy especialmente en homenaje a los que fallecieron cuidando la salud de los pacientes, y en sufragio de sus almas. Durante la homilía, el párroco Martín Panatti, destacó la importancia y la necesidad de la vocación médica para cumplir con el cuidado de la vida del prójimo, haciendo referencia a la etimología de la palabra CURAR, del latín “curare” = cuidar. Se refirió también a “la gracia del poder ser médico”, de cuerpos y almas, y estar en contacto con el que sufre, al tiempo que destacó que la profesión está indisolublemente unida al dolor humano; “un dolor salvífico”, recalcó. Posteriormente, el padre Panatti nos ofreció a los médicos y médicas presentes a renovar a viva voz el compromiso de consagrar la vida y la vocación profesionales al servicio de toda la humanidad, según lo establecido en el juramento hipocrático, conservando siempre el respeto y el reconocimiento hacia nuestros maestros, ejerciendo el arte con conciencia y dignidad, teniendo absoluto respeto por la vida humana y considerando siempre a nuestros colegas como a nuestros hermanos, entre otros compromisos. Finalmente, y tras la celebración de la misa, el padre Martín Panatti hizo generosa entrega a cada uno de los médicos asistentes a la ceremonia, de un ejemplar del libro “Compendio de Bioética” del Pbro. Juan José García. La ceremonia concluyó con la toma de una fotografía de los médicos y médicas presentes con el párroco de Monserrat. Desde la AMAP no podemos ni queremos dejar pasar por alto este generoso y desinteresado gesto de agradecimiento, reconocimiento y homenaje que la parroquia de Monserrat ha tenido para con los médicos y médicas, y personal de la salud en general, por el esfuerzo vocacional puesto en evidencia en la pandemia. Gestos que, lamentablemente, no abundan, pero que conmueven y se reconocen con el alma.