CRÓNICA DE UNA MENTIRA ANUNCIADA. Por el Dr. Héctor Garín

Un fallo reconoció relación de dependencia de un médico y fraude laboral. Así quedan al descubierto mentiras de empresarios que manipulan decisiones judiciales o desconocen convenios de trabajo

Hace unos meses la Corte Suprema de Justicia (CSJN) dictó un fallo que desconocía el vínculo laboral establecido entre el Hospital Italiano y dos médicos que no tenían relación de trabajo formal. Es decir, la más alta instancia de la Justicia argentina planteaba que no había dependencia laboral. Con tono triunfalista desde el Italiano se difundió esta resolución, pero abiertamente se manipuló la información. Es fundamental aclarar que la CSJN no fijó criterios jurídicos ni políticas aplicables a todos los médicos. Claramente las autoridades del Hospital Italiano mintieron cuando dijeron lo contrario. En realidad -como advirtió la AMAP- se trató de un fallo válido solo para dos casos concretos, que presentaban particularidades que los diferenciaban muy bien de la situación general de la enorme mayoría de los médicos (eran anestesiólogos que percibían sus honorarios con la intervención de la Asociación de Anestesia, Analgesia y Reanimación de Buenos Aires, entidad que fijaba los valores de las prestaciones, se los cobraba a las obras sociales y prepagas, efectuaba retenciones de impuestos, seguros, prepaga, etc.). Este fallo no impuso jurisprudencia, y así lo sintetizamos desde nuestro gremio con un concepto firme y claro: el derecho a litigar de los médicos en busca del reconocimiento de su relación de dependencia laboral está intacto.

Hace unas semanas un fallo en segunda instancia determinó que el Hospital Alemán no solo debe indemnizar a un colega que inició un juicio porque las autoridades de esta entidad se negaron a reconocer su relación de dependencia encubierta sino que además, la Justicia le impuso multas por trabajo en negro y determinó que la empresa incurrió en fraude laboral.
De esta forma, la manipulación y las mentiras de los directivos del Hospital Italiano quedaron una vez más al descubierto. Y por otro lado, este fallo sí crea antecedentes para futuras causas ya que se trata de una situación muy generalizada que afecta al colectivo de médicos del sector privado que trabajan de forma no registrada.

Consideraciones inapropiadas
Nos parece pertinente repasar brevemente el caso del Hospital Italiano en el cual los fallos de la CSJN solo contaron con el voto de tres de sus jueces. El Dr. Ricardo Lorenzetti realizó una serie de consideraciones que la AMAP no compartió y evaluó como innecesarias para la resolución de este juicio. Entre otras cosas, el magistrado expresó que aceptar y tolerar una forma de pago irregular, habilita al no reconocimiento del vínculo laboral. Sin embargo, Lorenzetti en 1998 en su libro La empresa médica admitió los derechos laborales de los médicos: “… a partir de la sanción de la Ley de Contrato de Trabajo debemos aceptar una concepción objetiva de la relación de dependencia, es decir: demostrada la existencia de una organización empresarial, una prestación de servicios en forma personal, relacionados con los fines mediáticos o inmediatos que persigue la empresa, nos encontraremos con un trabajador en relación de dependencia, cualquiera sea el grado de participación que tenga en esos fines”.

Primacía de la realidad
El fallo del Hospital Alemán plasma la tendencia jurídica actual que establece que cuando un profesional brinda servicios como monotributista y se verifica que presenta facturas mes a mes a la misma empresa -y más aún si se trata de facturas correlativas- y que cumple un horario o realiza su actividad en un mismo establecimiento bajo las órdenes de un superior, se trata de una auténtica relación laboral que está siendo encubierta.
Los magistrados suelen aplicar el principio de primacía de la realidad: el colega del Hospital Alemán se desempeñaba como neurocirujano de forma regular y exclusiva en este establecimiento, motivo por el cual solicitó a las autoridades que se le reconociera su relación de dependencia de acuerdo a lo que dispone la Ley de Contrato del Trabajo. La respuesta que recibió fue negativa; entonces se consideró despedido y paso siguiente reclamó las indemnizaciones por la desvinculación, multas e incrementos previstos en la legislación laboral. Hizo extensiva su demanda al presidente del Directorio del hospital, su patrimonio y sus bienes personales.

El trabajo no es una mercancía
El Hospital Alemán apeló la decisión judicial que lo obligaba a pagar una indemnización y multas, pero los magistrados en segunda instancia entendieron: «El ejercicio de una profesión liberal no es obstáculo para que se perfeccione un contrato de trabajo si las tareas tienen habitualidad y continuidad, con incorporación a una organización de trabajo que le es ajena a quien las preste y da origen a obligaciones con vínculo oblicuo».
«Si bien el contrato de locación de servicios no existe más en ningún ámbito del derecho, si alguien intentara utilizarlo estaría desarrollando una conducta inconstitucional, ya que es principio implícito de nuestra Constitución que el trabajo no es una mercancía y que goza de la protección de las leyes entrando ya ahora en el art. 14 bis», agregaron los jueces. El resarcimiento superó los $800.000, y se hizo extensivo al presidente del Directorio del Italiano. El fallo, además, advirtió sobre las responsabilidades que le pueden corresponder a las diferentes autoridades (presidente, vicepresidente, gerente, jefe de personal, etc.) de esta y otras entidades similares cuando se registran situaciones laborales irregulares.

Fraude laboral… y moral
Otra de las cuestiones claves de este fallo es que se indicó que el Hospital Italiano incurrió en fraude laboral por intentar ocultar la relación de dependencia. El neurocirujano afirmó que pese a que siempre trabajó en forma exclusiva para el hospital, se le impuso un vínculo laboral como monotributista y se le exigió que dividiera la facturación: una parte a su favor y otra a favor de una sociedad civil constituida por todos los médicos por orden del Hospital Alemán para ocultar la verdadera relación de dependencia con los médicos contratados, es decir una suerte de pantalla para abonar de manera simulada el salario. Esto es manifiestamente además de un fraude laboral, un fraude moral.

¿Ahorro?
En consecuencia, el supuesto ahorro que persiguen los empresarios de la salud cuando no pagan los aportes patronales que implica el trabajo registrado, se puede volver en contra e implicar judicialmente el pago de abultadas multas por infringir las leyes laborales y asumir una conducta evasiva de las contribuciones correspondientes al sistema de Seguridad Social.

Las cosas pueden estar en su lugar
Hay dos cuestiones que queremos resaltar de este reciente fallo contra el Hospital Alemán. La primera es que todos los médicos tienen derecho a trabajar de forma registrada, y que las empresas cometen un delito cuando imponen una forma de contratación irregular: que quede claro, el profesional no elige esa modalidad, lo que ocurre es que si no la acepta puede perder su empleo. Esa es la herramienta de presión con la que cuentan los empresarios (una evidente forma de violencia laboral), y que este fallo cuestiona, pone en duda. La Justicia puede poner las cosas en su lugar, y el médico debe ser plenamente consciente de esta realidad para exigir sus derechos sin temor a despidos o represalias.
En segundo lugar, este fallo deja a la vista las mentiras de muchos empresarios de la salud -como los del Hospital Italiano y el Hospital Británico- que manipulan la información, leen los fallos judiciales de acuerdo a sus intereses o hacen libres interpretaciones de los convenios colectivos de trabajo. La Ley de Contrato Laboral es una sola, muy clara y contundente. Mentiras sobre las que la AMAP advirtió y denunció.
Cuando los dueños de sanatorios y clínicas pretenden mantener una situación laboral precaria -que se perpetúa desde hace 50 años-, además de poner en riesgo sus estructuras económicas por los potenciales fallos que los obligarán a pagar altas indemnizaciones y multas, desconocen la acción de un gremio con representatividad y personería gremial, como la AMAP que defiende los intereses de todos los médicos del sector privado y trabaja para llevar adelante los reclamos en nombre de sus afiliados.

Vamos a dar batalla
Señores empresarios: estamos viviendo una época distinta, la de la autopercepción del médico como trabajador, que cuenta con un sindicato fuerte que lo representa y lo defiende. Ya no hay más espacio para las amenazas y el amedrentamiento
Colegas: tenemos la oportunidad de hacer valer nuestros derechos, la Justicia avala los conceptos que hemos enarbolado siempre con convicción desde la AMAP. Es tiempo de que los empresarios comprendan que no hay más margen para seguir imponiendo un régimen feudal de trabajo. La Justicia, el Ministerio de Trabajo, la AMAP y los propios médicos estamos dispuestos a dar batalla… y a ganarlas.

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