El demorado reconocimiento a la AMAP
Por el Dr. Héctor Garín. Nuestro secretario General se refiere a la resistencia de ciertos sectores empresariales y de la seguridad social para reconocer los alcances de la actividad sindical de nuestra entidad
La AMAP es la asociación sindical de primer grado, constituida libremente, que cuenta con personería gremial otorgada en 2007, firmó cuatro convenios colectivos de trabajo con las principales cámaras de salud, numerosos convenios con empresas, acuerdos institucionales con entidades referentes del sector y que tiene por objeto la defensa de los intereses de los médicos de la actividad privada tanto económicos como de sus condiciones laborales y de vida para su realización plena como trabajadores de la salud.
Negociar colectivamente ante los empleadores mejoras en las condiciones laborales y remuneraciones dignas, acordes con la tarea y responsabilidades, es uno de los derechos que como asociación sindical, ostenta la Asociación de Médicos de la Actividad Privada.
En tiempos en los que el poder económico de unas minorías solo tiene en el sindicalismo organizado un freno a sus voraces e insaciables apetencias, fortalecer a las organizaciones gremiales de los trabajadores es una obligación ineludible de todos los integrantes del mundo sindical. El empoderamiento de las diferentes organizaciones depende -entre otras cosas- de su sostén económico. En esta época, también, cada organización lucha denodadamente contra el sistema mercantilista neoliberal inhumano para que más y más trabajadores estén registrados, como impone la ley, y así poder gozar de todos sus beneficios, entre los cuales se encuentra conformar asociaciones, participar y ser representados en forma genuina para la defensa de todos los derechos consagrados por la Constitución Nacional.
En este contexto, reconocemos y valoramos el esfuerzo que todas y cada una de las organizaciones sindicales de nuestro país realizan a favor de estos objetivos; celebramos con gratitud el apoyo que organizaciones señeras le han dado a nuestro joven sindicato -al reconocernos como genuinos representantes de todos los médicos de la actividad privada-; y festejamos el compromiso de aquellas que frente a nuestros reclamos, nos han manifestado su acompañamiento.
La AMAP, como una organización sindical de primer grado de profesión con personería gremial, con intereses sindicales diferenciados que justifican una representación específica, posee para sí el derecho exclusivo de defender y representar ante el Estado y ante los empleadores los intereses individuales y colectivos de sus trabajadores (art. 30 y 31 de la Ley 23551). A pesar de ello, algunas organizaciones que han conformado sus propias obras sociales sindicales mantienen aún una postura negativa a admitir nuestros derechos, y al demorar este reconocimiento le impiden a sus médicos-trabajadores gozar de una representatividad sindical genuina. Así, debilitan con su actitud la tan preciada unidad estructural del sistema sindical argentino, que a través de muchas décadas ha venido siendo, sino el único, el principal elemento de equilibrio social que los grupos del poder económico mundial continúan intentado sistemática e infructuosamente quebrar. Desde 2013, los médicos que trabajan para las obras sociales son representados exclusivamente por la AMAP, y los que trabajan en relación de dependencia en clínicas, sanatorios y hospitales de estas obras sociales, también. Asimismo estos establecimientos están incluidos en el CCT 619/11, homologado por el Ministerio de Trabajo de la Nación en el año 2011.
Rehusarse a negociar colectivamente con la asociación sindical habilitada para hacerlo o provocar dilaciones que tiendan a obstruir el proceso de negociación, está considerado dentro de la ley de asociaciones sindicales como práctica desleal y contraria a la ética de las relaciones profesionales por parte de los empleadores, sean quienes fueren estos.
Apelamos a la conciencia gremial solidaria de aquellas organizaciones hermanas que aún postergan el debido reconocimiento a nuestro sindicato de trabajadores médicos de la actividad privada, que conduciría a una mayor consolidación y crecimiento del sindicalismo argentino. Y que por ley, nos corresponde.