El trabajo registrado es un derecho, no una opción. Por el Dr. Héctor Garín

En respuesta a una solicitada de cámaras de clínicas y sanatorios de la provincia de Bs As, AMAP reivindica el derecho a la sindicalización y exige cumplimiento de las leyes laborales

“Toda persona tiene derecho a fundar sindicatos y a sindicalizarse para la defensa de sus intereses”
Declaración Universal de los Derechos Humanos (artículo 23, punto 4)

«Tenemos que buscar la igualdad de oportunidades y de derechos, bregar por beneficios sociales, jubilación digna, vacaciones, descanso, libertad de agremiación, todas esas cuestiones hacen a la justicia social (…) Los empresarios hacen mal uso de los capitales pagando sueldos injustos. Por ahí forman parte de sociedades de beneficencia, pero no le pagan a sus empleados lo que les corresponde o los contrata en negro. Esa es la hipocresía, la esquizofrenia»
Papa Francisco

 

Las asociaciones que núclean a las clínicas y sanatorios de la provincia de Buenos Aires, ACLIFE y FECLIBA, publicaron el 15 de febrero una solicitada en el diario La Nación titulada “La atención de la salud privada de la provincia de Buenos Aires está en peligro” en la que sin ningún pudor piden ayuda a las autoridades para seguir incumpliendo las leyes laborales. En este intento pretenden involucrar a una entidad sindical hermana de la nuestra, la FATSA cuyo uno de sus mayores logros es tener casi al 100% de sus representados registrados (es decir, trabajando en blanco), esto nos hace suponer su apoyo solidario a nuestra lucha por convalidar el derecho de registrar a todos los profesionales médicos que la AMAP representa.
Bajo la atávica excusa de la profesión liberal, FECLIBA y ACLIFE esconden su propia incapacidad como cámaras para gestionar en los ámbitos que corresponden, y resolver los problemas coyunturales inherentes a su actividad. Dicho de otro modo, si la actividad no les resulta rentable cumpliendo con la ley, mantienen el status quo y que los médicos paguen las consecuencias. Estas cámaras defienden a sus integrantes, clínicas y sanatorios privados con fines de lucro. Nosotros somos un sindicato, defendemos a los médicos, exigimos el cumplimiento de las leyes laborales vigentes, condiciones de empleo dignas y remuneración acorde a nuestra responsabilidad, para lograr el crecimiento científico y profesional, que la sociedad requiere y nos exige. De esta manera, los pacientes obtendrán también su beneficio al ser asistidos por profesionales mejor preparados.
En la solicitada se alerta a la población de los riesgos que corren las empresas de medicina privada sin hacer mención alguna acerca de las condiciones degradantes e indignas en las que trabajan los médicos, sin ningún derecho laboral: no se les pagan vacaciones, ni aguinaldos; no cuentan con licencias por enfermedad ni para ellos ni por familiares directos; no se les otorga licencias por maternidad; no se los cubre con una ART; cobran sin recibos de sueldos; trabajan sin seguridad laboral; y son despedidos sin causa y sin indemnización según la voluntad del empresario. En algunos casos se llega a un estado de indefensión total en su relación con el empleador. Las propias asociaciones que agrupan a las clínicas y sanatorios reconocen que emplean a más de 74.000 médicos de forma irregular, es decir, no están registrados, trabajan como se suele decir en negro.
Desde hace unos meses, convocada por la AFIP, la AMAP participa de la gestión de una resolución que obligará a las empresas de salud a registrar a los médicos; se aplicará el indicador mínimo de trabajadores, que determina la cantidad de personas que deberían emplearse para cada actividad y los consiguientes aportes y contribuciones que deberían hacerse al Sistema Único de Seguridad Social. Dicho en otras palabras, de cada 100 camas la empresa deberá contar con 172 médicos registrados. Este índice ya está vigente en por lo menos 36 actividades. De esos encuentros también participan las cámaras de empresas de salud. Nuestro gremio ha sido convocado como representante de los médicos del sector privado y único sindicato con convenios colectivos firmados, homologados y extendidos a todo el país -debemos reconocer el apoyo que nos brindó la Asociación de Médicos de la República Argentina-. Cuando desde la solicitada afirman que queremos sindicalizar a los médicos dan a entender que buscamos afiliarlos de manera compulsiva, obligatoria. Se equivocan, lo que queremos es blanquear el trabajo de nuestros colegas. Es cierto, quizás lo que nos beneficia a los médicos como trabajadores registrados vaya en detrimento de los beneficios de los empresarios que hoy, luego de 50 años de aprovecharse de la situación laboral de los médicos, se ven en peligro. Subestimándonos, nos quieren hacer creer que la medicina sigue siendo una profesión liberal, que no requiere de la intervención gremial ni la del Estado.
Confunden nuestra lucha por el empleo registrado con los honorarios médicos que fija el Colegio Médico de la Provincia de Buenos Aires, que regula el trabajo en los consultorios privados, eso nada tiene que ver con un sindicato, ni con el trabajo registrado en relación de dependencia.
Ponen como escudo para defender sus intereses económicos a los jubilados y a los afiliados de la seguridad social, cuando en realidad bastardean y evaden los derechos de los médicos porque los privan de cobertura social, ya que no hacen los aportes previsionales, que sí pagan al resto de sus empleados. Así obligan al médico como monotributista a contar con una obra social con un plan básico, que debe complementar con el pago de su bolsillo de alguna prepaga que le asegure atención médica razonable para él y su familia.
Degradan también el sistema previsional: eluden el aporte patronal de los trabajadores médicos, e impiden que mejore la recaudación del sistema, además de dejar al profesional liberado a su suerte porque no dispondrá de jubilación digna. La evasión de estas conquistas sociales perjudican el presente y el futuro de los médicos.
La actual no es, como erróneamente afirman FECLIBA y ACLIFE en la solicitada, “una situación inédita, de fijación inconsulta y arbitraria”, por cuanto el Ministerio de Trabajo y la AFIP vienen bregando desde hace años por el cumplimiento de las normas legales que regulan las actividades de las personas; y la AMAP ya hace siete años firmó el primer acuerdo para luchar en contra del trabajo no registrado. Lo verdaderamente arbitrario es no querer cumplir las leyes. La AMAP también clama por la “sensatez y prudencia” que se pide en la solicitada, pero como expresiones de buen juicio que deben ser puestas en práctica por FECLIBA y ACLIFE para poder distinguir lo que está bien de lo que está mal, lo legal de lo ilegal. Y hacer lo correcto.
Si el sistema de salud está en peligro, no es precisamente por culpa de los médicos. La AMAP defiende metas en favor del conjunto de los colegas que se desempeñan en las clínicas y sanatorios que firman la solicitada, en la cual, por otro lado, se deja entender que los dirigentes bregamos por la defensa de intereses personales. Que quede claro: somos un gremio que lucha por el bien común de sus afiliados, y de todos los médicos del sector privado de la salud. Y si, es cierto que peleamos por el logro de las metas propias más elementales: trabajo registrado, condiciones laborales y salarios dignos.

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