“Movilizarse sin sindicalizarse solo genera mayor confusión y debilita la lucha”
Movilizarse sin sindicalizarse, sin una conducción representativa y sin principios éticos y objetivos claros, solo genera mayor confusión, debilita la lucha y contribuye al desánimo”
En estos días han circulado convocatorias que instan a los médicos a manifestar su descontento por muchas situaciones de injusticia y maltrato. Estos llamados circulan por redes sociales y mensajes de Whatsapp, en la mayoría de los casos. Cuentan con frases contundentes y videos atractivos, y en general son viralizados no solo por alguna parte de la comunidad médica sino, también, por la comunidad en general.
Así visto desde lejos es atractivo y hasta un desprevenido puede creer que así se podría cambiar la realidad del médico. Pero hay una serie de cuestiones claves que muy rápido desvanecen esta ilusión.
¿Quién convoca a estas movilizaciones? ¿Para qué se realizan? ¿A quiénes van dirigidos los reclamos, al Estado Nacional, Provincial, Municipal, a las patronales privadas? ¿Cuáles son sus objetivos?
Pronto, luego de ver que ninguna de estas preguntas tienen un respuesta cierta y al no haber detrás de estos grupos un sindicato que avale estas iniciativas, se ve claramente que su única repercusión es la de los “compartidos” en redes sociales, bocinazos por algunas calles, y tal vez algún que otro eco. Pero, ¿sirven al médico? ¿lo ayudan a salir de las situaciones injustas? La respuesta es inequívoca: NO.
Incluso, existen experiencias que nos muestran que estos movimientos anónimos o difusos, finalmente, benefician a grupos de intereses mientras que el colectivo médico no obtiene ningún resultado tangible. En definitiva, ¿estas manifestaciones tienen alguna utilidad? Podemos decir que son solo catárticas.
Los médicos tienen que agruparse en instituciones sindicales, que los respalden, que tengan la capacidad de representarlos antes las autoridades, que tengan el poder real para lograr conquistas gremiales, el respeto de los derechos y cuyas denuncias tengan un camino que recorrer ante la Justicia o las autoridades.
Por otra parte, el desgate que implica participar, sumarse y creer que estos movimientos apócrifos van a beneficiarlos, hace que al final del recorrido la lucha del médico se debilite. Ya sea por cansancio, desilusión y la sensación de que nada va a transformarse.
Los sindicatos, como la AMAP, han conseguido plasmar derechos, se sientan a negociar por salarios, llevan causas a la Justicia, brindan servicios concretos a sus afiliados. Es cierto que a veces es muy difícil alcanzar las metas, y en algunos casos las respuestas son ingratas, pero estamos convencidos de que es el único camino.
Invitamos a todos los médicos tanto a los que persiguen “luchas virtuales” sin futuro como aquellos que se sienten solos, que se sumen a nuestro sindicato, que pasen de la queja a la acción. La AMAP es eso acción, compromiso e importantes conquistas gremiales.
Podrán decirnos que queda mucho por hacer. Es cierto, pero hemos creado un sindicato que en doce años de existencia cambió al sindicalismo médico argentino. Los esperamos.